Se ha pronosticado que el consumo de energía aumentará, aun cuando haya una disminución en la intensidad del uso, debido al crecimiento económico y de la población. Esta demanda se podría cubrir, en principio, a través de los recursos energéticos fósiles, particularmente el carbón. Sin embargo, las emisiones acumuladas de CO2 en la atmosfera demandan la invención, desarrollo e implementación de planes de producción de carbono neutral de energías renovables, en una escala que se ajuste a o sea mayor que el suministro de energía actual de todas las fuentes combinadas. Entre las fuentes de energías renovables, la energía solar es por lejos la fuente más explotable, proveyendo en 1 hora de más energía a la tierra que toda la energía consumida por los humanos en un año. Si la energía solar es una de las principales fuentes de energía, debe ser almacenada y enviada a demanda del usuario final. Un enfoque especialmente atractivo es almacenar la energía solar en uniones químicas. Los retos científicos vinculados con este proceso incluyen modelos de captura y conversión de la energía solar y luego el almacenamiento de energía en la forma de uniones químicas, produciendo oxigeno del agua y combustibles como hidrogeno, metano, metanol y otros tipos de hidrocarburos.
Fuente: PNAS
Lea la publicación: http://www.pnas.org/content/103/43/15729.full